lunes, 3 de enero de 2011

Esto te lo escribí el 12. 18. 2010


Alejandra, Alejandra, tu estado, tu nuevo estado y no temporal estado, me recorre de tantas formas que no alcanzo a imaginar tu interior  y tus recorridos propios. 

Tres días atrás comprábamos el regalo que obsequiaríamos en el matrimonio y veíamos ese niño que entre su inocencia y paciencia de los papás, nos hacían sonreír y pensábamos, de boca afuera, así, las dos: llegan a ser lindos, así, de lejos. No sé si tus enzimas ya avisaban a tu cerebro que algo sucedía, no sé de boca adentro que vivías, al igual que ahora no lo sé. 

Los primeros tres días lloré todo el tiempo, me estresaba tu futuro como si el mío se comprometiera, luego comprendí el miedo propio, ese que me hace ver que no nací para tal papel que la sociedad y el sistema natural nos dio. Gusanit@, Guadalupe o Benjamín, te hará sonreír sin parar, pero a su vez me coloca de frente a mí misma, la que no sabe, si de verdad disfrutará tanto como cree, el camino a la soledad que se auto arma en cada acción. 

Sea como sea desde mi estado yo centrista, me aparto de mis ataques propios de valores para soñar con vos y disfrutar la nueva forma de tu futuro que a ratos se tropieza con el mío.