Hace un año, enlisté placeres que llenan de un estado de comodidad
al alma, un año después siguen siendo los mismos, aquí van:
Caminar… en un jardín, en la arena, frente al viento, hacia
horizontes.
Coleccionar… conchas, piedras, listas, historias, rostros, cosas
hermosas.
Estar mucho rato inmersa en el agua, bajo la ducha sintiendo como
corre el agua en mi, inmersa en una piscina con la sensación de blanco en mis
pensamientos, inmersa en una tinaja… cuando muera espero ser esparcida en el
agua con su infinito movimiento de paz.
Repito, inmersa, pero con acción… nadar… es como estar en una
burbuja azul, exclusiva, con mi silencio.
Bailar… sola, acompañada, en todas partes.
Montar en bici, recorrer, llegar, subir - subir - subir, en la
ciudad, en la trochas, en el día, en la noche, hacia lo cotidiano y en listando
nuevos caminos.
Estar abrazada.
Escuchar el silencio… los propios y los compartidos.
Escuchar el viento.
Escuchar instrumentos.
Escuchar el murmullo de la ciudad.
Escuchar el murmullo del mundo natural.
Ver velas encendidas.
Ver bailar el fuego.
Ver el atardecer… también el amanecer pero el placer del atardecer
ante mis ojos es la vida bailando con futuro de paz.
Hacer el amor… también hacer el sexo, pero el placer de hacer el
amor hace que el cuerpo vibre de adentro hacia fuera en un recorrido completo
de olores, sabores, colores y sentires, que elevan a otro estado no terrenal.
Recibir un mensaje en carta, en sms, en mail, en tweet, en nota…
el conjunto de letras que otro crea para mí.
Acariciar otra piel… recorrerla, aprenderla, verla cambiar.
Cosquillas… suaves por toda mi piel.
Leer… acurrucada, expandida, al aire libre, en casa, en el baño,
en hamaca, en el suelo, en el pasto.
Dormir en el exterior, al aire libre… con la brisa, sol en cara o
luna en cara, con los sonidos del afuera.
Buenas conversaciones… que el tiempo se escurra entre palabras de
buenas charlas.
Comer… saborear placeres papilares como el chocolate, vino blanco,
picantes y ácidos, fiestas de sabores en la boca.
Dejar los pies en la orilla y sentir como el agua del mar va y
viene sobre ellos y como van sumergiéndose en la arena.
A la puerta del inicio de una década nueva esa es mi lista de
placeres… en diez años volvemos a hablar.