lunes, 2 de marzo de 2015

"voglio"


Yo también a veces odio esa voz, solo la odio cuando no nos ponemos de acuerdo y la odio más cuando va en contra vía. Odio esa voz cuando de repente en el silencio grita: ¡me quiero morir! Y yo que se que eso no es cierto. Y yo que me reconozco porque siempre he sido fuerte, me he levantado tantas veces y mejor aún, siempre todo me ha demostrado que de alguna forma, se ha mejorado. Entonces ella vuelve a gritar: ¡me quiero morir! Y ya no peleo más, por un segundo mi cuerpo se relaja, todo se vuelve lento alrededor y disfruto de la mente en blanco. Puede que no sea tan mala idea, hasta que vuelve la otra idea, la de la vía: voglio godermi la vita. La única frase que me quedó, de aquella vez que estudié italiano.  

viernes, 13 de febrero de 2015

siguiendo el paso


Al parecer la vejez nos llega a todos
igual de desusada
El camino afuera sigue tan rápido
y el propio se vuelve tan lento
que pareciera
que al único que se logra seguir el paso
es al recuerdo

viernes, 20 de diciembre de 2013

en mi nueva ciudad


sin darme cuenta desapareció mi yo y de repente era otra yo 

sin dolor de la anterior, ni añoranza 
sin sentir la muerte lenta o rápida de la otra,
simplemente un día me vi al espejo y recordé la que era,
al llegar el recuerdo de la que era,
me di cuenta, que ya no habían rastros de la anterior
lo curioso es que la anterior, me encantaba 
entonces me pregunté 
¿cómo fue que se fue sin darme cuenta?, sin dolor
Y de repente me sentí sin identidad,
a pesar de que la nueva yo, también me gustaba 

martes, 28 de mayo de 2013

el cielo es de algodón de azúcar


Fue feliz cuando toqué el cielo con las manos
lo que no sabía es:
que cuando se toca el cielo desde la tierra
se toca un cielo de algodón de azúcar.

Así empecé a disfrutarlo
inconsciente de la realidad:
entre más se saborea,
más rápido se desvanecerá. 


ya no huelo a ti


No huelo a ti,
ya no huelo a ti,
afortunadamente ya no irrumpe mi cuerpo tu olor
que se levantaba y me recordaba tu piel con mi piel,
ya no huelo a ti,
ya huelo a mí
y me reconforta saberme y reencontrarme.

Si no fuera porque ya huelo a mí,
después de haber estado llena de ti.


viernes, 24 de mayo de 2013

¿Por qué me gusta leer novelas a pesar del duelo?


Después de ser superada la edad de la vanidad literaria, mi gusto por los libros no se desvaneció, pero sin reparos metódicos fueron las novelas las que entraron a sumar las filas de los acompañantes de viajes en bus, metro o carro, de noches o días, de sentadas al baño.

Con las novelas empecé a disfrutar lo que me atrevo a nombrar, la realidad literaria, pero como buen humano, es obvio que la realidad de las cosas siempre irá teñida del color del paradigma del momento.

Dado el caso y para sentirme menos subjetiva frente al veredicto empezaré a hablar de mi nueva realidad.

El estado en compañía de una novela, lo llamo realidad literaria basada en todos los compromisos que a voz popular se le han adjuntado al hecho de leer.  EL mayor compromiso es ese de viajar a otro tiempo, espacio o vidas y la novela es sin duda alguna el mejor tiquete.

Cuando una novela “te engancha” ya los días no son iguales, con dudas llega el momento de cerrar el libro para dedicarte a desarrollar tu propio personaje en el que crees es tu vida real. Pero inevitablemente a lo largo del día te invadirán temores de aquello que te estás perdiendo, de aquello que intuyes sigue sucediendo al interior del clausurado libro y cuando llega el momento de ponerte al día y volverte a sentar frente a él, es maravillosa la sensación de la sed del chisme saciado. Te das cuenta en que va cada uno de tus nuevos compañeros de días, con una bonanza única, eres casi dios, casi, porque aunque lo vez todo y estás en todas partes no puedes interferir en sus destinos, lo que podría llegar a hacerte pensar que eres un dios más sensato.   

Entonces bajo la promesa de la real compañía, que sacia tus placeres negros (voyerismo, chisme, sentenciero…) y te atribuye virtudes mágicas de todos los omnis, como no soportar el inevitable momento del duelo, ese que llega cuando se cierra por última vez el libro, ese que no sabe dónde posar el ojo una vez encontrada la última palabra.

Entonces solo queda silencio, recuerdos y rostros que inevitablemente de forma inmediata se empezarán a desvanecer. 

A un conocido que pregunta por Buenos Aires


Me preguntas que te recomiendo de Buenos Aires, pues, cada quién viaja y disfruta los viajes de la misma forma que hace su vida, creo que organizar un viaje es la mejor expresión de como uno se administra y administra la vida, así que todo lo que te diga, pues sale desde mi forma de hacer las cosas:

1. ¿CÓMO VIAJAR? 
no viajes con una de esas maletotas que arrastran con ruedas, nos han vendido la idea de que nos vemos muy ejecutivos y chics así, pero no hay cosa más poca práctica, lo mejor es un morral ... que si no pudiste viajar en un taxi, te subes a un bus, al subte o lo que sea ... que si te tocó buscar hotel puedes caminar y encontrarlo ... que cuando vas de un lado al otro lo llevas fácil.

Además un morral hace que lleves lo necesario por cuestiones de espacio, vas para Buenos Aires, imagínate un gran Parque del Poblado: gente descomplicada y "mal vestida", que no se fija ni cinco en como estás vestido tu. 

Vas finalizando verano iniciando otoño, en verano la gente es muy ligera de ropa, todo el mundo usa havaianas (las chanclas cafés y blancas con morado que yo tengo) y andan con los pies sucios. El pegote es máximo, la gente se tira en los parques a recibir el sol como aves y las fuentes y el agua es lo mejor. Pero en otoño empiezan vientos, así que: lleva ropa ligera y un corta vientos pequeño, que puedas empacar en cualquier parte por si algo. 

No lleves camisas y ropa para verte súper wow, máximo una muda elegante por si planean una noche de show o de cena elegante. 

No tienes que sacar pasaporte ni documentos del hotel, allá cuidan mucho que el extranjero no pierda en un robo estos documentos, así, que la llave de hotel es tu garantía de ser extranjero. Solo necesitas el pasaporte para las casas de cambio. 

2. TRANSPORTE
No montes en taxi, buenos aires es absolutamente transportable y caminable, el subte te lleva a cualquier parte y los buses son increibles en rutas y horarios, puedes devolverte en bus hasta de una rumba. Y si caminas la ciudad, de verdad la conoces. 

Si no entiendes las rutas, pues hay un libro que venden explicándolas todas. De todas formas en verano la gente es más amable que en invierno y te darán indicaciones, eso si, no digas: dónde cojo el bus.Di: dónde tomo el bus. Y ten monedas, porque cuando te subes al bus no tienes contacto con el chofer, solo con la máquina de monedas, ahhh! y solo para en los paraderos, no corras detrás de él, ni le pongas la mano para detenerlo en cualquier lugar :D.

3. COMIDAS
En comidas son un éxito, las carnes son buenísimas (el corte que más me gusta es el bifé de chorizo, no es chorizo es carne). Las fritas (papas fritas) son horribles y las bebidas costosísimas (jugos y agua) por eso prefiero vino y cerveza, no es mi culpa es el sistema económico.

Las pastas y las pizzas son un hit, hay restaurantes para las dos cosas (carnes y pastas) que pagas "x" dinero y puedes comer todo lo que quieras, son una buena opción para probar varias cosas aunque no suelen ser muy buenos en sabor. 

Los helados también son un fuerte de ellos y los yogures son increiblemente buenos.

El café es malísimo y no pidas un tinto ... eso es una copa de vino tinto. El café es simplemente un café, jajajjaja.

Come choripan en la calle, cuando vayas al planetario es una buena opción, choripan de carro de calle. 

El restaurante q más me ha gustado de pastas es il gatto. Y bueno, los alfajores son lo más reconocido de allá y lo que todo el mundo compra para regalar.

4. AL LLEGAR
Lo primero q debes hacer al llegar a la ciudad es el city tour. Te permite entender por completo la forma vial y a ti, que te gusta ubicarte, te permitirá entender mejor como moverte. 

Luego si quieres repetir un sitio vas otra vez. Por ejemplo: volver al boca y a caminito es chévere. Dicen: q turistas no deben estar de noche por el peligro. Pero de noche, es que la zona de bares es interesante en caminito. 

5. TOUR ARTÍSTICO
Antes de llegar a Argentina yo ya había planeado mi día de museos, día de arte. 

Ya que allá podrás ver pintores que acá no se ven con facilidad, pude ver en vivo un Lautrec (uno de mis pintores favoritos), Degas, Van Gogh, en fin, ciertos pintores que a Colombia no llegan con facilidad y allá son parte de la exposición permanente del museo. Para el tour artístico también busqué una obra de teatro, pues ellos son lideres en teatro, busqué un grupo que me encanta y se llama: de la guarda. Puedes ver si hay función son buenísimos.

Y bueno, también fui a teatro así: pasando por los teatros y escogiendo algo espontáneo. Como cuando uno va a cine acá, porque eso me parece maravilloso, la oferta es tan grande por todo corrientes que puedes escoger a donde entrar como a un restaurante. 

Pues en gustos especiales también fui a un café teatro a ver a Eduardo Pavlovsky, mi dramaturgo favorito de argentina. 

Es decir, planea un día o dos de tour artísitico, en el tour artístico cabe el cementerio de la recoleta por ejemplo. 

6. EL TANGO
Lo normal que la gente hace y no falta, y que también hice, fue ir a un gran show de tango. Yo fui a: Señor Tango y La Ventana. Son muy bonitos, en su arquitectura muy diferentes y bueno son el show. Cuando vayas ahí si ponte la pinta, toda la gente va elegante, como postrecitos. 

Pero para disfrutar del tango, me parece que es más bonito en El viejo almacén o en la Confitería Real (allá es increíble ver como las parejas se paran y bailan tango de salón  se comunican a distancia y se entiende la realidad del tango, no el show. 

Y un espectáculo que no te puedes perder es el de la Orquesta Típica Fernandez Fierro, es brutal. Son un montón de bandoneones con demasiada energía en vivo, esto, es cerca al CC El Abasto.

7. TOUR DE PARQUES
Ahora como día de tour parques, está la zona del jardín botánico (hacen algo bonito con los gatos), no vayas al zoo, no es tan deprimente como los de acá pero para mi sigue siendo deprimente ver un oso polar a 30° y vainas así.

La zona del planetario, el parque japones, es muy chévere y puedes alquilar una bici pa recorrer, ese parche es deli ... acostarse en la manga y ver el azul del cielo de buenos aires ... que es especial y sus atardeceres llenos de colores mágicos. 

8. TIGRE
Esa salida se hace desde temprano, yo la hice en tren normal no de turistas, me bajé en una estación antes que es muy bonita y me volví a subir, retomé hacia el tigre, por la mañana se goza el parque, se llama parque de la costa, abre tipo 11 y bueno se disfruta un rato (no lo recorras completo solo hasta tipo 4 p.m.) y a esa hora, sales a buscar almuerzo en bote por los canales y aprovechas bien la ida hasta allá. 

9. LA RUMBA
Allá empieza después de las 12 o incluso 1 a.m., el fuerte es electro y bueno verás rodar todas las pepas del mundo, de eso no tengo mucho pa hablar, no es mi fuerte jajajjajjaa. 

10. DE SHOPPING
Y finalmente las compras, el shopping como dicen ellos, eso me parece una tontería hacerlo en cualquier país, porque obviamente como turista te vas a meter en lo más caro y te van a tratar de tumbar. 

te dirán que córdoba es lo más wow y los shopping (centros comerciales). Yo la verdad las compras las hacía en los outlets, que hay de: kosiuko (mi marca favorita de allá) y hay de nike y marcas buenas. Pero igual sale caro.

Lo otro que hacía era: recorrer el centro, la mayoría de las partes son mayoristas, pero sobre toda la principal no hay tanto de mayorista. Se encuentra de todo, (la principal es toda la calle porque la que va el subte linea B), encuentras ropa, cosas para el hogar, decoración  juguetes, bolsos. 

Yo tomaba la linea B y me bajaba, dependiendo si quería terminar caminando hacia corrientes o si me iba a devolver en subte de nuevo. Si quieres terminar en corrientes, te bajas en Carlos Gardel (así conoces el CC Abasto y la casa de gardel) Pero el comercio inicia en realidad en Pueyrredon y va hasta cayao de ahi puedes seguir caminando y 9 de julio es corrientes. 

Bueno Aires es como una mano abierta, nace en el puerto la muñeca y empieza a ramificarse hacia arriba como los dedos.   

Bueno en realidad, eso es lo que te puedo decir de buenos aires, de sitios, pero lo bueno es que es una ciudad que caminas y conoces, interactúas con la gente, por todas partes hay cierto aroma a cultura, arte, buen comer, buen beber, parques, espacios abiertos, aire libre. 

lunes, 19 de noviembre de 2012

De mis mil y una vueltas para logra la cita de revisión del carro.


Que marca es marca y la garantía y atención es un estándar a nivel mundial, pura caspa, queridos señores de mercadeo, publicistas y especialistas, el servicio irá siempre de la mano de la cultura que la elabora. Definitivamente nunca será lo mismo una hamburguesa Mc Donalds  en cualquier parte del mundo y ellos que son los maestros de las cadenas, ahí si que mucho menos Kia podrá mantener su buena cobertura y servicio aunque sea hablando en términos de un mismo territorio, es decir dentro del mismo país.

Sobre la cultura de servicio al cliente bogotana y otras gastríticas situaciones, desde que llegué acá, a mi capital, he entendido claramente porque somos y seremos un país “en vía de desarrollo”, “un país subdesarrollado” o cualquiera de los diferentes demagógicos adjetivos calificativos para los que no estamos dentro de una “economía sólida”, para los que nos tocó el plato con menos carne o que nos alimentamos con las harinas de la torta, aunque los insumos para hacerla salga de nosotros.

De los fenómenos que me han llamado la atención hasta ahora en la capital se encuentra el del tiempo, acá el tiempo real no funciona, si tu dices a las 3 quiere decir a las 4, si la gente llega a una cita puntual y decides atenderlos de forma puntual te ven medio rayado, me ha tocado ver como proveedores deben esperar hasta una o una hora y media a ser atendidos, acá nadie se carga afán de puntualidad prestos a las mil justificaciones que ya son de conocimiento general. Que la ciudad es un caos, que los desplazamientos son largos, tomar el taxi es difícil primero porque pasan todos llenos y segundo porque los que van vacíos no te llevan a donde necesitas si no a dónde ellos quieren con la pregunta: “¿sumercé para dónde va?”… ah no, ¡hacia ya no voy! (a ver estás trabajando o vas de camino a un lugar y me ibas a hacer un favor). Que el transmilenio está muy lleno. Que el trancón es todo el día porque “aquel” cambio a su amaño la restricción. Y de este modo la situación de vida “para hacerla tolerable” se convirtió en una excusa constante y en vez de entender la situación para generar acciones y ser funcionales, todos prefirieron hacerse parte activa del caos, entrando en un ciclo de atracción de más y más caos, hasta procurarse todos una continuidad de acciones que generan una cotidianidad ulcerosa.

Ya perdido el respeto por el tiempo del otro de forma presencial, en la translación a los medios de comunicación, lo no presencial: un teléfono, internet o cualquier medio de comunicación que te permite evadir con más agilidad, ahí, si se vuelve un fenómeno particular. A lo que me refiero lo explicaré por medio de la consecución de la cita para la revisión de los 20.000 km. del carro, éste, será el ejemplo por reciente pero no por único, entre hechos aislados en las diferentes necesidades de servicios que he teniendo que resolver todas terminan en el mismo estado de cierre.

Desde finales de la semana pasada empecé con la sencilla acción: levanto el teléfono, marco a KIA, contestan el teléfono, genero la cita, cuelgo, voy a la cita. Día 1: llamé todo el día a tres centros Kia diferentes y nunca atendieron el teléfono. Día 2: llamé todo la mañana a más diferentes centros Kia, intentando con todas las extensiones, ya no solo con la de solicitud de citas, ¡bien, contestaron!: comuníquese al teléfono xxx xx xx acá no generamos las citas uh uh uh. Todo lo anterior de mala gana y sin darme la opción de hacer alguna pregunta. Entonces ya con el inicio de úlcera estomacal marco el nuevo número que me dieron en el cual no contestan. Día 3: al pensar en la acción (llamar a Kia) mi estómago se calienta, marco toda la mañana y no pasa nada, como es viernes decido no insistir más y pasar el sábado por un centro Kia. Día 4: paso por un centro Kia, si claro señora usted debe llamar al teléfono xxx xx xx, pero es que llevo llamando toda la semana y no contestan, entonces vaya hasta allá y dice eso. Día 5: Llamo a Kia por fin contestan, no señora, acá, no es donde se generan las citas, debes llamar a rrr rr rr. Lo bueno del día 5 es que aparentemente es el día de contestar el teléfono marco rrr rr rr y ya hecha toda una “iguaza” pido la “hp” cita, con toda la grosería que se genera en las bocas, por las úlceras creadas con laboriosidad. Entonces esa persona que ya si me iba atender, termina atendiendo a una “iguaza” de mala gana. Cerrando el círculo del mal trato y creando el estado de cierre.

Así comprendo que no nos quedan más opciones que el permanente estado en vía de desarrollo, en el que preferimos vivir con excusas para capar la realidad, en donde es más fácil vivir culpando a lo externo que asumir nuestras propias acciones y así sea, viviendo maluco, nos acomodamos y rellanamos en el estado de confort de la desobligación.

jueves, 15 de noviembre de 2012

Lo que son 5 minutitos más en Bogotá.


Actualmente me encuentro en un conjunto residencial al norte de Bogotá, que por su tamaño y ubicación tiene una ruta propia que se encarga de llevar a sus residentes hasta el destino más cercano de acceso fácil al transporte, ésta ruta es un circuito continuo que pasa cada media hora y hoy he perdido el carro de las 6 a.m., al llegar al paradero a las 6 y 5 minutos... pues bueno… camino, hasta la siguiente portería y ellos se comunican por “wokitoki” entre todos para verificar por dónde va la ruta, ya no hay nada que hacer, debo esperar a la de las 6 y 30 y mientras tanto les pido el favor de que me ubiquen un taxi, de ahí en adelante oigo como M1 se comunica con M2, M3 y así, en una caso infinito de: si pasa un taxi por allá envíelo a la portería 1 / ERRE / si de alguna portería sale un taxi envíelo / ERRE / se solicita otro móvil para la portería 3 / ERRE / acaba de pasar uno pero es sordo / ERRE / silbo y no me miran / ERRE / ahora si se formó el trancón / ERRE / la Boyacá no se mueve / ERRE / empezó la hora del tráfico / ERRE / no pasa nada vacío / ERRE. 

Y ya es hora de subirme al carro de la ruta, para que me lleve en donde ya se, que no me espera nada ágil, así que me bajo del carro y luego de unos no muy esperanzados intentos de tomar un taxi, decido montar por primera vez en Transmilenio como un habitante más de Bogotá, pues ya me había subido como turista y recorrer la ciudad con uno o el otro chip, es diferente.

Ahora ya se todas esas cosas que te dicen los otros habitantes, esos “secretos de la ciudad para sobrevivir”, entonces mi cerebro primero hace un escáner de mi misma y me dice: ohh y justo hoy te pusiste el bolso que no tiene cierres, y estos taconsotes para ese camino tan largo parada y usas vestido para ir tan cerca de la gente, recuerda celular bolsillo derecho en el pecho, que le pase por encima la tira del bolso, mano derecha sobre celular no te lo vayan a sacar y mano izquierda cerrando el bolso que va girado hacia delante.

Y Llega el H15, unos 6 esperamos frente a la puerta doy una mirada rápida identifico a un trabajador que bajó en la ruta, un chico joven pero que, o sea, con su mirada de popo quería decir todo el tiempo que es 30 estratos más que el resto, el cual también bajó en la misma ruta en la cual llegué hasta acá y otras personas todas muy altivas, entonces me digo por lo menos este lote que entrará a la vez, se ve aseadito, menos por el chico de buso sucio y zapatos rotos y el de pijama con zapatos crocs, que si va a tomar turno pues debe estar bien pero si viene de turno cuanta enfermedad, virus y bacteria deberá traer pegada. Se abren la puertas, nadie baja, aparentemente ya no cabe nadie más y ahí vamos pa´dentro los 6 que logramos cuadrarnos a no más de 5 c.m. del ingreso, una chica se baja odiando al de pijama “dejar salir es entrar más fácil” no ha de ser de acá, esa lógica no funciona mucho por estas tierras como otras lógicas que me han ido cambiando y luego hablaré de ello.

Vamos andando, y empieza el baile de cuerpos como una sola masa armada por masas de diferentes kilajes, una masa que se mueve, se acomoda y se reacomoda pasando por el cuerpo a cuerpo de diferentes “texturas”. De estación a estación pasan dos cosas:
A veces aparentemente nadie se bajó y no cabe un alma más, pero como pueblo bien creyente y con la seguridad de que vamos a caber todos en el cielo, más masas logran distribuirse y compactarse con las que ya estamos.
Otras veces se siente como la llave del grifo se abre con la apertura del trasmilenio y hay que luchar fuerte con la corriente que se crea, para poder permanecer adentro y guardar el territorio ganado que has ido conquistando. Ya que no es lo mismo ser el que está adentro al recién llegado, eso es claro para nuestro instinto animal en cualquier territorio.

Pasan las estaciones pero no las cuadras y ya vamos llegando a la escuela militar, en carro cuando veo este largo paredón siento que ya llegué a mi trabajo, pero ahora se me crea una terrible consciencia de estar en la calle 80 y que me dirijo a la 22. Cincuenta y ocho cuadras faltan de nuevos cuerpos con nuevos cuerpos, del infinito baile de masas. Cincuenta y ocho cuadras de olores que se mezclan, de tacones que te recuerdan que estás viva y alerta para cuidarte de todo los que los habitantes natales te dicen que te debes cuidar, aunque a tu alrededor veas gente que ha desarrollado diferentes habilidades con la repetición de sus recorridos. 

Entre otras habilidades a parte de la de carterear que es la que más se ha dado a conocer por medio del boca en boca, se encuentra la de dormir, es increíble como en la compresión de las masas, hay habitantes que se relajan en un inconsciente acto de confianza, sí, acá en la ciudad en la que todos desconfían de todos, las necesidades fisiológicas permiten crean una expresión desapercibida de lo que para muchos expertos de terapias, coaching, fortalecimiento de parejas es la mayor prueba, relajar tu cuerpo y confiar en que el otro te sostendrá, así como lo hacen las estrellas de rock con sus fans pero con menos parafernalia, cada ciertos cuerpos logras ver otros que cierran sus ojos y aprovechan el baile de masas para relajar su cuerpo y robar al sistema de vida de la gran ciudad unos minutos de descanso.

He llegado a la Calle 22 las puertas se abren, me bajo con las diferentes voces que me repiten en mi cerebro que esta es una zona de tolerancia, que no se me ocurra bajarme y que tenga especial cuidado. Busco como tomar el K10 hasta Centro Memoria, ciertas personas empiezan a correr a mi alrededor, esta actitud ya la identifico: ¡viene el metro! Ahh no, un trasmilenio marcado con el K10 me uno a la carrera, alcanzo a entrar, una estación más y estaré bajándome en la esquina de la calle 26 de mi trabajo. Que bueno … solo es media hora de retraso, pensé que podía ser peor.

jueves, 9 de junio de 2011

Intoxicada de vacío al comprender que solo había vacío.


Por años arme un hogar, lo amoblé con sillas cómodas para reposar viendo al cielo, el techo fue construido con ese material que permite cubrirse de la tempestad pero no obstaculiza que los sueños se eleven de cara al sol o a la luna, según como deba de guardarse para poder creer que serán cumplidos. 

Por años lo decoré con palabras bonitas y como buena matita se embellecía de cumplidos y se coloreaba de sabores, hasta aprendió a tongonearse divertidamente.

Por años me volví coleccionista y el hogar se llenó de cajas, de diferentes tamaños, formas y colores; coleccionista de momentos, de sonidos y de promesas; coleccionista de palabras y canciones, de imágenes de presente que se convertían en pasado y de pasados que en silencio, seguían aguardando futuros.

Luego llegaron días para cubrir, empecé a taparlo todo, hoy la verdad no sé sí para: protegerlo, guardarlo o desvanecerlo.

Hoy la verdad no sé, por qué hay días que levanto levemente las cubiertas y me asomo para transformarlo todo en dolor.

Dolor de Vacío, cuando doy con esas cajitas que estoy segura rotulé y algo deposité, pero a la vuelta de la ojeada no sé haya nada.

Dolor de Aridez cuando veo que los puños de tierra fértil, sí sabían crecer hacia el cielo y entregar flores bellas de colores dicientes y que fue solo en mis cajitas donde se mantuvieron color tierra infértil, tierra inexpresa de hoy y ayer.

Dolor de Desojo ese que deshoja los recuerdos del alma, cuando te das cuenta que ya no se encuentran ni las miradas y mucho menos el recuerdo de que alguna vez se encontraron. Y solo encuentras por qués sin respuestas, que te retornan a Dolor de Vacío.

Y finalmente, solo por nombrar un fin, porque Dolores es coqueta y sabe llegar más, hablaré de Dolor Fisgosón ese que se fisga entre todos los rincones de las cajas y tiñe a presente de forzados ahoras fingidos.